El primer vertedero municipal de Viña del Mar funcionó en la
orilla del Estero Viña del Mar, al final del barrio El Salto. Fotografías de la época tomadas por Dn. Julio Lewin, Director
del Departamento de Aseo en 1940 muestran de la operación.
Dn. Waldo Ceballos actual Director de Servicios del Ambiente
del municipio, señala que en 1969 la Municipalidad comienza a ocupar un sitio en Lajarilla como
depósito de basura, recibiendo camiones recolectores del norte de la comuna.
Luego, en 1971 la municipalidad construye una estación de transferencia en la
calle Limache, a un costado del vertedero de El Salto, y adquiere tres cajas
compactadoras móviles de 59 m3
que pueden cargar el contenido de 5 camiones recolectores (14 m3). Desde ese
año, la basura del centro y sur de la comuna, se transfirió desde El Salto al
nuevo vertedero de Lajarilla, transportando las cajas con un tractocamión (choco).
Este vertedero de
Lajarilla operó con el sistema de relleno sanitario, ocupando una máquina compactadora
de relleno sanitario Trashmaster y un buldózer D6C que también fueron
adquiridos en 1971.
Lamentablemente, la máquina Trashmaster quedó rápidamente fuera
de uso por falta de repuestos, difíciles de adquirir en esos años, y la operación del relleno fue muy ineficiente, agotando
la superficie de relleno original en una década. En 1980, se dejó de ocupar la
estación de transferencia de El Salto y todos los camiones recolectores de la
comuna se envían directamente a Lajarilla. En ese año también comienza un nuevo
relleno ocupando la quebrada aledaña, proyectándose en un inicio ocupar la
quebrada a todo lo largo. Sin embargo, luego de algunos años, la Armada reclama la propiedad
de la mayor parte de la quebrada, al darse cuenta que el municipio había
excedido los límites de su predio. Así continuó la operación hasta 2003,
cuando se cierra el vertedero, comenzando el traslado de la basura de Viña del
Mar al vertedero municipal de Valparaíso, El Molle.
Cuando en 2001 se construye el Troncal Sur, se excava parte
del antiguo vertedero de El Salto, emergiendo los antiguos residuos ya
degradados. El contratista rápidamente se deshizo de ellos, sin dar aviso a
ninguna autoridad, por lo que se supone que el destino debe haber sido alguno
de los rellenos de material de excavación. Posteriormente al construirse la
estación de gas (citygate) de GasValpo, al final de la calle Limache, aparecen
en los cortes de terreno los residuos del antiguo vertedero, como si fueran
capas geológicas. El color del residuo era negro y sin olor, se distinguían
pequeños residuos metálicos, medias de nylon, papeles de diario de la época y
uno que otro zapato viejo. Todavía pueden verse los residuos bajo la vegetación
que ha crecido abundante sobre el talud.