En el pequeño
espacio del fondo se abre un universo maravilloso para los insectos
polinizadores que acuden a las chupallas y vautros floridos, y en donde no solo
la vegetación de la duna se ha establecido, sino que también hay un túnel
vegetal de bosque esclerófilo e incluso un espacio para la escasa flora de Juan
Fernández.
Sergio explica que
no basta plantar especies nativas para lograr un área de valor ecológico, sino
que deben estar presentes especies que atraigan a los polinizadores. La
conversación continúa sobre el modo de incorporar estas unidades de valor ecológico
en parques y plazas en el corazón de la ciudad, en los jardines de la Quinta
Vergara por ejemplo. Luego discutimos cómo generar indicadores de éxito para
estas unidades mediante el conteo de biodiversidad de insectos.
La conversación
deberá seguir, el estudio de cuáles son las especies vegetales que atraen la
mayor diversidad de insectos entrega una nueva mirada para las áreas verdes de
la ciudad.
2 comentarios:
Que contrastante pensar en estos esfuerzos vs la destrucción masiva de la vegetación dunar y sus interacciones ecológicas por los proyectos inmobiliarios. Y no se trata de que los proyectos inmobiliarios no se deban realizar, pero que consideren incorporar en el trabajo paisajístico espacios verdes con valor estético, de esparcimiento y también (¡¿porque no?!) ecológico. Creo que se puede, por voluntad o por regulación.
Qué maravilla que los estudiantes puedan estudiar experimentando con ese nivel de detalle la interacción ecológica.
Gracias por la nota Claudio, saludos
Una buena noticia Aniela: algunos proyectos de edificios en el sector de Los Médanos, que se han sometido al SEIA, incorporarán áreas con vegetación de las dunas replicando el ejemplo de Sergio.
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