Danila me muestra con orgullo los
cactus que su madre rescató de la construcción de un camino minero en la cuarta
región. Están dispuestos formando una cruz sobre un montículo circular de
arena. Luego recorremos el parque que ella y las 15 familias asentadas en la
loma del final de la calle Las Estrellas cuidan desde hace años.
La señora Lavinia Peña llegó desde Canela Alto con su familia de 9 hijos hace 35 años. Entonces no había más casas y todavía no se construía
El año 2008 comienzan plantar la
ladera poniente de la loma, para formar un parque para todos los vecinos. Con
esfuerzo y recursos propios, también con apoyo de la Municipalidad y del Jardín
Botánico, y finalmente con fondos concursables, han implementado estanques de riego y cercado el
parque. Con el paso de los años, los arbolitos, en su gran mayoría nativos, han
crecido cuidados por las manos verdes de Danila, su madre y sus hermanos. Hoy
visitan el parque las escuelas del sector, y muchos vecinos.
Es un agrado el paseo por la
loma, donde quillayes y quebrachos se van desarrollando con vigor, también se
descubren boldos, peumos, taras, canelos, una patagua en flor y un lúcumo
silvestre regalado por el Jardín Botánico.
Limpieza de la Quebrada Villa La Pradera
Una familia ecologista en El Olivar
Un tour por la quebrada Melvin Jones en Viña del Mar
4 comentarios:
muy buen ejemplo los mostrados, en Viña hay un grupo de la UV que esta tratando de desarrollar el parque de la cuenca del estero Reñaca
Impecable. Como sube el animo ver que se puede.
Muy inteligente la forma que se plantaron esos cactus. En filita, siguiendo la pendiente como los he visto dispuestos de manera natural.
Gracias amigos por los comentarios. Gerardo, la cuenca de Reñaca guarda muchas sorpresas: hay un grupo de vecinos de Gomez Carreño que quieren cuidar un área natural donde encontraron gran cantidad de bellotos del norte. Ya escribiré sobre el tema en esta Ventana. Patricio, hay otros ejemplos que también son dignos de destacar y apoyar, podríamos incluso armar una red de iniciativas semejantes. Y Aniela, tienes razón, también los he visto así en el Palmar de el Salto.
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