jueves, agosto 11, 2016

Corazón de Espino

Pequeño, de apariencia  frágil y  desordenada,   el espino es parte del paisaje cerril más típicamente chileno.   Abunda en  laderas y quebradas  pedregosas, desde el Norte Chico hasta casi el límite con la Araucanía. Ama el sol y el calor del verano, pero resiste estoico el frío, el viento y las heladas  del invierno.  Solo una nieve pesada puede hacerle daño y por eso sobrevive solo hasta los 1200m de altura.

Durante la época calurosa, sus pequeñísimas hojas y potentes espinas  con capaces de aprovechar la más leve humedad del aire para hacerla su sustento. A su vez, sus largas raíces,  duras y delgadas, se internan por entre la corteza rocosa buscando las napas subterráneas de agua. Por ello,  el  espino puede pasar largas temporadas de calor y sequía sin ni una gota de agua, pero manteniendo siempre su follaje verde.



Desde antiguo,  el Espino o Churque, como lo llaman en el campo, ha ofrecido su preciada sombra a arrieros, caminantes y animales, en medio de la sequedad de los cerros de Chile. Cabras, burros, caballos y vacas que circulan de quebrada en quebrada, pueden verse bajo los espinales  durante la temporada estival, ramoneando sus ramas.

A su vez, durante  el invierno, cuando el frío se apodera de los montes, de sus duras ramas y raíces se hace el famoso carbón de espino, de calidad insuperable, que da un calor largo y estable.

Con los primeros rayos de sol después del invierno, comienza su dorada florescencia, perfumando levemente el aire y tiznando de amarillo las tardes de primavera.

Su copa es semiesférica y puede alcanzar hasta los seis  metros de altura, con raíces de la misma profundidad  que forman un enmarañado vegetal que  hace de muro de contención natural  en la ladera de los cerros, evitando  aluviones y desprendimientos.

Las ramas de espinos son también el sitio predilecto de las aves para hacer sus nidos, las que gustan comer de sus bayas.

Se reproduce por semillas, las cuales son diseminadas en las bostas de aves y animales. Germina en suelos pobres y secos. En los jardines  soleados exige muy poco y se da estupendamente. Sin embargo, es muy difícil transplantar ejemplares silvestres debido al largo de sus raíces. De crecimiento lentísimo, el espino alcanza edades bastante avanzadas. Por ello, debe agradecerse si le toca en suerte tener uno o más ejemplares cerca. Sus raíces, por lo demás, nunca asoman a la tierra, por tanto  pueden construirse casas y caminos cerca de  espinales, sin problemas. La madera de espino es durísima y resistente, pero de piezas cortas, por lo que resulta ideal para la fabricación de objetos torneados y contundentes. El más famoso de ellos, el trompo chileno, llamado también “corazón de espino”.


El bosque de espinos se puede encontrar puro, en las estepas semidesérticas de más al norte, o asociados al bosque esclerófilo de la precordillera andina, en compañía de sus amigos, los quillayes, litres y peumos. En la región Metropolitana puede vérsele en los cerros de Renca,cerro San Cristóbal, altos  de Peñalolén; Parque Mahuida, Quebrada de Macul y en prácticamente todos los faldeos cordilleranos de los Andes y la vertiente interior de la Cordillera de la Costa.

martes, agosto 02, 2016

Patinando por la Avenida Brasil.

Una interesante intervención de la Avenida Brasil, entre la Biblioteca Severín y el Arco Británico, ha mejorado el espacio público y resuelto un conflicto entre skaters y patinadores con el municipio. La construcción de la pista de patinaje, aprovechando el bandejón central de la avenida, fue iniciada por los mismos skaters que instalaron una baranda de acrobacias sin ningún permiso y que se mantuvo en la pista construida posteriormente por el municipio. En forma complementaria se habilitaron jardines con rosales hacia el sector del Arco Británico, protegidos por una reja baja.
cancha de patinaje a un costado de la Biblioteca Severín
Este espacio es ocupado transversalmente por jóvenes skaters, por familias que los domingos llevan a sus niños a aprender a patinar, o gente de la tercera edad que ocupa los escaños en el sector de los rosales. Transcurridos más de dos años, ha habido una buena convivencia y el sector ha sido cuidado por sus usuarios.