miércoles, mayo 25, 2022

El taller de ecología del Colegio Sagrada Familia de Reñaca



Esta mañana fui a visitar al biólogo Sergio Elórtegui al Colegio Sagrada Familia. Había concertado una entrevista para conversar sobre corredores biológicos e indicadores de calidad ambiental, en la perspectiva de la construcción del nuevo plan regulador de Viña del Mar. Me sorprendió mostrándome el área de vegetación natural al fondo del terreno (una franja con suelo de duna de pocos metros de ancho), en donde junto con a sus alumnos del taller de ecología ha ido trasladando y reproduciendo la flora de las dunas de los alrededores, antes de que desaparezca con la construcción de los nuevos edificios.

En el pequeño espacio del fondo se abre un universo maravilloso para los insectos polinizadores que acuden a las chupallas y vautros floridos, y en donde no solo la vegetación de la duna se ha establecido, sino que también hay un túnel vegetal de bosque esclerófilo e incluso un espacio para la escasa flora de Juan Fernández.

Sergio explica que no basta plantar especies nativas para lograr un área de valor ecológico, sino que deben estar presentes especies que atraigan a los polinizadores. La conversación continúa sobre el modo de incorporar estas unidades de valor ecológico en parques y plazas en el corazón de la ciudad, en los jardines de la Quinta Vergara por ejemplo. Luego discutimos cómo generar indicadores de éxito para estas unidades mediante el conteo de biodiversidad de insectos.

La conversación deberá seguir, el estudio de cuáles son las especies vegetales que atraen la mayor diversidad de insectos entrega una nueva mirada para las áreas verdes de la ciudad.

2 comentarios:

Aniela Chamorro dijo...

Que contrastante pensar en estos esfuerzos vs la destrucción masiva de la vegetación dunar y sus interacciones ecológicas por los proyectos inmobiliarios. Y no se trata de que los proyectos inmobiliarios no se deban realizar, pero que consideren incorporar en el trabajo paisajístico espacios verdes con valor estético, de esparcimiento y también (¡¿porque no?!) ecológico. Creo que se puede, por voluntad o por regulación.
Qué maravilla que los estudiantes puedan estudiar experimentando con ese nivel de detalle la interacción ecológica.
Gracias por la nota Claudio, saludos

Claudio Alvarado Solari dijo...

Una buena noticia Aniela: algunos proyectos de edificios en el sector de Los Médanos, que se han sometido al SEIA, incorporarán áreas con vegetación de las dunas replicando el ejemplo de Sergio.